Porque es enamorarte....

Y le preguntó cómo se sabía si querías a alguien de verdad, cómo se podía diferenciar la amistad del amor.
No sabía que contestarle, no sabía cómo explicarle que cuando quieres a alguien más que a ti mismo simplemente lo sabes, no hace falta que nadie te lo diga. Tú solito te sorprendes sonriendo cuando lo tienes cerca, y si te paras un momento cuando estas con él, podrás notar que incluso rodeada de nieve tienes las mejillas calientes. Cuando siempre hay alguien paseando por tu cabeza con la total libertad y confianza de quedarse sentado ahí en medio, en ese vacío de pensamientos cuando escuchas música, te das cuenta de que empiezas a imaginar cada frase saliendo de sus labios en lugar de los auriculares. Y cada palabra, cada respiración que toma se te clava entre las costillas, y cuando no lo tienes esas palabras y esos gestos te hacen daño al respirar porque no se curan, porque escuecen si él no está cerca. Cuando quieres a alguien, y más en estas fechas, te obsesionas con ser ese hilo de lana que se soltó de su bufanda y está pegado en su cuello. Y esas cosas no hacen falta que te las diga nadie.