Imposible dormir.

No ha pasado mucho tiempo desde su último abrazo, y ya no recuerda el olor que este desprendía.

Antes, mucho antes de que todo comenzara, antes de que los sentimientos se pusieran en medio, eran uno.

¿Irónico verdad? Sin ser nada eran uno, sin llegar a reconocer lo que empezaron a sentir se quedaron en dos incompletos.

Podía verse a kilómetros lo que se desprendía cuando estaban juntos, cómo la piel de ella echaba chispas cuando éste la tocaba, y las ganas de comerse a las tantas de la madrugada.

 El que dirán y la importancia que le deban eran completamente irrelevantes, seguían siendo una piel cuando tenían oportunidad.

Llegaron a tocar estrellas en cada una de sus miradas, el frío se descongelaba y las luces se fundían con la fuerza de cada uno de sus besos.

El Invierno les supo a poco y el Verano fue lo suficientemente largo como para que uno de los dos  cambiara y se convirtiera en aquello que dijo que nunca sería.

Y ahora, se dan dos besos cuando se ven, como dos conocidos que apenas saben el uno del otro.

Ahora siguen siendo dos incompletos que se necesitan.

Ella sigue siendo ella, con su orgullo, aquel que se comería las veces que hiciera falta porque su piel volviera a erizarse de la forma que lo hacía con él.

Él se pierde en otras bocas, pasa de su culo, pero se lo mira cuando pasa.

Se pregunta dónde está la necesidad de poner punto y final a algo que nunca comenzó; ella se pregunta de dónde viene esa necesidad de necesitarle.

Y entre canciones tristes, tardes de lluvia, un Invierno que le encanta y las mejores risas con sus amigas, sigue pensando que nunca se volverá a repetir,y se le hace imposible poder dormir.