Si no tú, no yo.

Cuando no había nada a lo que pudiera aferrarme. Cuando pensé que no valía la pena luchar más. Cuando dejé de fingir sonrisas y mostré mi tristeza rindiéndome. Cuando di por perdida cualquier retazo de felicidad. Cuando dejé de ser yo y me dejé ganar. Cuando pensé que nadie podría salvarme....
Llegaste sin más, como si nunca hubiera existido ese antes ni existiera un después. Eras tan enigmático, tenías tantos matices diferentes al resto de personas. ¿Quién eres? ¿Por qué después de tanto tiempo y de darme por vencida eres capaz de sacarme de este pozo? 
Me hiciste levantarme sin darte cuenta, me hiciste dejar de arrancar hojas de ese calendario gritando frustrada, me hiciste dejar llorar, me hiciste dejar de pensar que el dolor se queda para siempre, me hiciste dejar de mirar por la ventana esperando a que llegara un día más que sería como otro cualquiera desde ese julio...
Tú me devolviste lo que había lanzado a un precipicio, al precipicio del olvido.
¿Cómo lo conseguiste? ¿Por qué nadie antes lo había conseguido? 
Pasé la peor primavera de mi vida y el verano parecía avanzar igual hasta que apareciste. Pensé que el amor no existía, que sólo amaba uno y el otro jugaba. Pensé que no servía de nada ser fuerte si la tristeza podía derribarte sin esfuerzo
Y no sólo me has devuelto lo que era antes, me has dado mucho más que nadie. Me has hecho sentir mariposas revoltosas y salvajes en el estómago, me has hecho sonreír cada minuto que hemos estado juntos y me haces feliz cada día.
Entiéndelo, sí no tú, no yo...